Luz y sombra

Autor: Enrique Ferrando Pérez

La revisión de este material docente ha sido coordinada por la profesora: Aida Sánchez de Serdio (2019)

Temática

Descripción

Uno de los recursos utilizados para representar la realidad con mayor fidelidad en la historia del arte ha sido el claroscuro. La luz, o la ausencia de ella, es fundamental para entender y representar un determinado modelo. La luz permite la visión de su contorno, textura y color, así como su ubicación en el espacio.

Existen diferentes tipos de luces en función de su intensidad (suave, dura), de su dirección (focal, cenital), de su fuente (artificial, natural), etc. Las luces y las sombras en superficies con aristas generan cortes nítidos (por tanto, provocan contrastes muy marcados); por su parte, la transición de luz a sombra en las superficies curvas tiende a ser más suave. Además de iluminar una determinada área, la incisión de la luz sobre un modelo crea dos sombras: una propia (que nos informa del volumen) y otra proyectada (que nos informa del espacio en que se ubica).

De este modo, a partir de una proyección de luz reconocemos:

  • Brillos: allí donde la luz incide directamente sobre un determinado punto.
  • Tonos claros: el área más cercana a la fuente de luz.
  • Tonos intermedios: allí donde la luz incide tangencialmente.
  • Sombra propia: los tonos oscuros alejados de la fuente de luz sobre el objeto.
  • Sombra proyectada: la sombra generada por el modelo y que se proyecta sobre las superficies cercanas y crea tonos oscuros.

Francisco de Zurbarán (c. 1650). Bodegón con cacharros.
Fuente:
https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/bodegon-con-cacharros/bdd71dfb-cde5-440e-87a2-48d8c64060dd

Se suele trabajar del oscuro al claro en técnicas opacas como el óleo o el acrílico, y del claro al oscuro en técnicas traslúcidas como la acuarela. En estos dos ejemplos de pinturas al óleo, observamos que en la obra de Leonardo predomina el oscuro, mientras que en la de Sorolla domina la luminosidad. Pero la manera de trabajar es la misma: usando el contraste entre luz y sombra para crear volumen. Evidentemente, la paleta de colores es muy diferente, puesto que Sorolla, más cercano a los impresionistas, estudió exhaustivamente la incidencia de la luz solar directa: muchas veces destaca los brillos con pinceladas contundentes; mientras que a Leonardo se le considera el maestro del sfumato, o transición difuminada y sutil del oscuro al claro.

El rostro de una persona que esté en un lugar oscuro de una habitación tiene siempre un graciosísimo efecto de claro y oscuro, pues se advierte que la sombra de dicho rostro la causa la oscuridad del paraje; la parte iluminada recibe una nueva luz del resplandor del aire, con cuyo aumento de sombras y luces la cabeza quedará con un relieve grandísimo. En la masa del claro, las medias tintas serán casi imperceptibles; por consiguiente, la cabeza hará un bellísimo efecto.

Leonardo da Vinci. El tratado de la pintura (cap. XXXV).

En el caso de la acuarela, como hemos comentado, se parte del claro al oscuro preservando las zonas del papel en que la luz es más intensa, como se aprecia en el hombro del personaje de Mariano Fortuny.

Enlaces relacionados

https://maraepv.wikispaces.com/file/view/06+La+llum+i+el+clarobscur.pdf
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/11000289/helvia/aula/archivos/repositorio/0/124/teoria_2_eso_-_7_luces_y_sombras.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/luz_en_el_arte
http://www.biblioteca.org.ar/libros/154424.pdf
https://ggili.com/dibujo-y-proyecto-libro-9788425225079.html?___store=default&___from_store=default
http://www.historia-del-arte-erotico.com/1478_leonardo_da_vinci/tratado_de_la_pintura.htm

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