Descripción
Los árboles son las plantas más grandes de la tierra. Evolucionaron a partir de los helechos y se caracterizan porque no mueren periódicamente, sino que continúan creciendo año tras año, y porque tienen un tronco leñoso del cual se extrae la madera.
Propiedades
Dureza
Propiedad que le permite a la madera oponer resistencia al desgaste y al rayado, así como a la acción de otros cuerpos como por ejemplo herramientas, tornillos, etc. La dureza también está relacionada con la densidad y con la velocidad de crecimiento: las maderas más densas suelen tener un crecimiento más lento y, a la inversa, las que han crecido más rápidamente tienen menos densidad, aunque depende también de las características del árbol.
Densidad
Cuanto más leñosas y compactas son las fibras de la madera, menos espacio libre hay entre ellas y, por lo tanto, más pesa la madera. Esta densidad varía con la humedad: la madera seca se contrae y por lo tanto es más densa. La madera verde tiene valores generales de 50-60% de humedad, mientras que la seca y climatizada puede estar al 12% de humedad.
Anisotropía
Hay sustancias que mantienen las mismas propiedades físicas en todas direcciones, son isótropas. La madera, en cambio, tiene propiedades muy diferentes en función de la dirección (radial, tangencial, axial) en que la examinamos. La madera se contrae y se expande de diferentes formas en el sentido radial y tangencial de los anillos de crecimiento, así como en el sentido de la veta (dirección axial).
Higroscopicidad
La madera es higroscópica, es decir, absorbe y libera humedad del ambiente. Esta cualidad se aprovecha estructuralmente, por ejemplo en aislamientos térmicos, donde la madera regula la circulación de la humedad de las estructuras.
Flexibilidad
Propiedad que presentan algunas maderas de ser curvadas en dirección longitudinal de las fibras (o dirección «axial» del crecimiento del árbol).
Hendibilidad
Es la facilidad que presenta la madera de abrirse cuando se trabaja en el sentido de las fibras.
Tipologías
1) Maderas naturales
Se puede clasificar la madera de muchas formas: según color, flexibilidad, resistencia mecánica, etc., pero si nos fijamos en su dureza, podemos crear tres grandes grupos con similitudes taxonómicas y de procedencia geográfica, que nos sirve como primera aproximación.
Maderas blandas
Muy abundantes en Europa, se trata de maderas ligeras y normalmente claras, con origen a menudo en especies de coníferas. Son fáciles de trabajar y, gracias a su abundancia, también son económicas. Destacan el pino, el abeto, el cedro o el chopo.
Maderas duras
Obtenidas habitualmente de especies de la clase de las angiospermas (plantas con flores), frecuentes en Europa, Norteamérica y los trópicos. Tienen una mayor variedad de usos: además de ser utilizadas para la fabricación de mobiliario de calidad, es también frecuente encontrarlas como elementos estructurales en la construcción, parqués, etc. Destacan el roble, el cerezo, la haya, el nogal o el castaño.
Maderas tropicales
Como su nombre indica, tienen origen principalmente en las áreas tropicales, aunque podemos encontrar algunas especies o subespecies fuera de estas regiones. Son muy apreciadas por su resistencia, no solo a los golpes, sino también a la humedad, hongos e insectos. En algunos casos se trata de maderas muy densas y pesadas, lo cual dificulta el trabajo. En términos generales son maderas rojizas y/o oscuras. Destacan el sapeli, la teca, el iroco o el ayous.
2) Maderas industriales o técnicas
La evolución industrial alrededor del mundo de la madera ha conseguido una gran variedad de materiales adaptados a multitud de usos. El mayor aprovechamiento, derivado de la utilización de lo que hasta ahora se consideraban residuos, o incluso la reutilización o el reciclaje de la madera, permiten obtener precios significativamente más bajos. El desarrollo de los adhesivos y la superposición de chapas o listones permite obtener piezas más largas y resistentes, y la aplicación de algunos tratamientos químicos permite mejorar características como la resistencia a la humedad o al fuego.
Contrachapados, plywood o multilaminado
Están formados por hojas de madera superpuestas con las vetas en sentido perpendicular y encoladas. El formato estándar para este tipo de madera son tableros de 240×122 cm con diferentes grosores (5, 10, 15, 22 mm…). Se comercializan muchos tipos de madera contrachapada: de ilomba, chopo, pino…
AglomeradosMezcla de virutas y madera triturada con pegamentos especiales. El formato estándar de este tipo de madera son tableros de 240×122 cm con diferentes grosores (10, 15, 22 mm…). Se comercializan muchos tipos de aglomerados con acabados melamínicos (*) o sino, también con sándwich de madera prensada o DM, como el de la imagen.
(*) La melamina es un acabado plástico compuesto de resinas que se funde térmicamente en los dos lados del tablero y otorga una superficie dura, sin poros y resistente al desgaste. Se puede presentar en múltiples formados, desde imitación de madera hasta todo tipo de colores.Madera prensada o DM (densidad media)
Parecida al aglomerado pero hecho con pulpa de madera blanda, presenta una estructura homogénea que permite trabajarla de forma análoga en todas direcciones. El formato estándar de este tipo de madera son tableros de 240×122 cm con diferentes grosores (3, 5, 10, 15, 22 mm…).
Aglomerado, MDF, OSB (o tableros de fibra orientada)
Se trata de un punto medio entre los tableros de partículas y los contrachapados. Se forman a partir de la unión de diferentes capas en sentidos contrapuestos de virutas de varios centímetros de longitud.
Maderas plásticas o composite wood
Estos tipos de «madera» se obtienen uniendo casi a partes iguales restos de maderas o materiales celulósicos y resinas/materiales plásticos. Sus formatos y usos son muy variados.
Uso
El trabajo con madera tiene infinidad de posibilidades. Cada proceso y cada técnica tienen unos resultados y unas propiedades o cualidades características. Adentrarse lentamente en las diferentes técnicas nos permitirá ir conociendo los materiales y determinando sus usos en función del proyecto a desarrollar.
Como hemos visto, hay muchos tipos de madera. Las maderas naturales son las más adecuadas para trabajar mediante la talla (ver ficha correspondiente). En cuanto a la talla, no hay una madera mejor que otra para iniciarse, a pesar de que las más densas y duras permitirán un alto nivel de detalle, pero serán más difíciles de trabajar. La madera permite ejercitarse en esta técnica sin el coste ni los desafíos técnicos y físicos de la piedra. Además, la madera, por su naturaleza, aporta la calidez propia de un material natural y —hasta hace poco— vivo, que todavía responde a la humedad y la temperatura. A pesar de que se puede policromar o añadirle pátinas, hay que tener en cuenta las cualidades táctiles y visuales de la madera en su estado natural. Aspectos como la densidad, la dureza, las vetas o el color pueden ser los motivos que nos lleven a elegir una u otra en función del proyecto que queramos realizar.
Por otro lado, tanto las maderas naturales como las industriales son aptas para ser trabajadas mediante técnicas de ensamblaje y de torneado. En la ficha correspondiente tenéis ejemplos de métodos para ensamblar madera para construir todo tipo de estructuras. Vemos que en este caso, a pesar de que las propiedades físicas de la madera serán importantes en cuanto a la resistencia de la estructura construida, etc., los aspectos expresivos del material no serán tan protagonistas como en la talla.
Para saber más
Asociación de Investigación Técnica de las Industrias de la Madera (AITIM). Catálogo de productos: http://infomadera.net/modulos/productos_y_empresas.php
Teixidó i Camí, J. M. (1996). La talla. Escultura en madera. Barcelona: Parramón.
Varios autores (1994). Guía de la Madera. Madrid: AITIM.
Varios autores (2004). Especies de maderas para carpintería, construcción y mobiliario. Madrid: AITIM.
Técnicas asociadas
Talla
Ensamblaje
Tornear