Blanco y negro

Autores: Fernando José Cortiglia y Luciana Cesari

La revisión de este material docente ha sido coordinada por las profesoras: Maria Iñigo y Sandra Martorell (2020)

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea este eléctrico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita del titular de los derechos.

Temática

Descripción

La invención de la fotografía es el resultado de la combinación de diversos descubrimientos técnicos: nace en un cruce de ciencia y arte.

El término fotografía proviene del griego y significa ‘escribir con luz’.

Conocida en un comienzo como daguerrotipia, ya que el descubrimiento fue hecho público en 1839 por Louis Daguerre, aun cuando se basa en experiencias previas de Joseph Nicéphore Niepce, la fotografía ha evolucionado rápidamente en un período relativamente corto de tiempo.

«La fotografía cambia constantemente y resulta difícil de definir. Su naturaleza discursiva y, en cierta medida, promiscua, ha confundido a muchos respecto a su estatus.»

Susan Bright (2009, pág. 7)

La fotografía como tal surge de una tecnología concreta (el principio de la cámara oscura) que captura una imagen sobre un soporte con una emulsión química sensible a la luz. Los haluros de plata conforman imágenes latentes que aparecen en la película al someterla a un revelado químico.

En relación con el blanco y negro, Michael Freeman afirma lo siguiente:

«Desde el punto de vista creativo, los inicios en blanco y negro de la fotografía fueron una limitación afortunada. La fotografía empezó como un invento basado en la cantidad de luz, no en la longitud de onda (que determina el color). Eso suponía una limitación […] pero ¿por qué afortunada? Lo restringido de la paleta confirmaba a la fotografía como un medio por méritos propios.»

Michael Freeman (2009, pág. 509)

Podría decirse que la evolución de la fotografía parte de su condición de registrar, de su reproductibilidad, de su carácter de documento (de lo cual dan buena fe el trabajo de fotógrafos como Walker Evans) y evoluciona hasta nuestros días con la fotografía digital para transformar el documento en una herramienta poética o irreverente, separada ya de una verosimilitud obligada que se adentra en lo que denominamos posfotografía, donde no hay anclaje en la realidad: es una fotografía construida, donde la «verdad» es una construcción.

En nuestros días, donde la imagen fotográfica está por doquier y en medios tan dispares como periódicos, publicidades, producciones de moda, álbumes de familia, galerías de arte y todo tipo de redes sociales, y donde la técnica ya no nos obliga a mantener un revelado químico, aun así, la opción de blanco y negro sigue vigente.

En la actualidad, fotografiar en blanco y negro es totalmente y a todos los efectos una elección estética, una declaración de intenciones.

¿Por qué blanco y negro?

En la película El estado de las cosas (1982), de Wim Wenders, filmada deliberadamente en blanco y negro, Joe, el protagonista, hace una reflexión interna en la que plantea el estado poético del blanco y negro: «La vida es en color, pero el blanco y negro es más realista», aduce.

Quizás porque ver es creer pero sentir es estar seguro, cuanto más espacio hay entre la ficción y la realidad más se transforma el blanco y negro en un mecanismo artístico.

Este estado poético deviene de la distancia que guarda con la representación directa de la «realidad».

Si bien en sus comienzos la fotografía nace como técnica destinada a reproducir fielmente, a ser prueba y documento estable, fiable, con el paso de los años y la llegada de la fotografía color, la fotografía blanco y negro alcanza un nuevo estadio de libertad al tornarse un recurso creativo, una decisión estética.

Es un medio que, aunque mantiene las distancias con la representación, gracias a su halo de verosimilitud trasciende la «realidad». De ahí su estado casi onírico, del que adquiere un nuevo estatus poético al separarse de un acontecimiento literal.

Ya en sus albores son los primeros fotógrafos pictorialistas los que buscan separarse de esta noción de reproducción e incorporan a sus imágenes elementos simbólicos, para entrar en un estado en el cual la imagen se vuelva un medio para expresar un estado de ánimo, una idea, un sueño (como puede verse en las imágenes de Julia Margaret Cameron o Lewis Caroll).

Julia Margaret Cameron, I Wait, 1860. https://es.wikipedia.org/wiki/julia_margaret_cameron

Técnica y proceso creativo

Una técnica se define no en sí misma sino como la construcción de mecanismos que han derivado de procesos creativos. Surge de la necesidad de realizar. Cada proceso creativo conduce a una técnica determinada.

El apelativo de padre de la técnica fotográfica en blanco y negro se le asigna históricamente a Ansel Adams, quien acuñó el concepto de previsualización.

Como él mismo indica:

«El término visualización se refiere a todo el proceso emotivo intelectual de creación de fotografías […]. Visualizar una imagen es verla claramente en nuestra mente antes de realizar la exposición, en una secuencia continua desde su composición hasta su toma final […] ver con antelación una imagen acabada antes de realizar la exposición, de tal manera que los procedimientos empleados contribuyan a conseguir el resultado deseado.»

Adams (1980, pág. 1)

A fin de llevar a cabo esta idea desarrolló, junto a Fred Archer, el sistema de zonas para liberar a los fotógrafos de la técnica con el objetivo de que pudiesen realizar manifestaciones creativas personales. Consiste en dividir la escala de brillo de las sombras más oscuras a las luces más claras en un grupo de zonas que van de la 0 a la X.

Aunque fue construido para trabajar con sistemas analógicos, con la fotografía digital ha vuelto a cobrar importancia y, de hecho, se ha incorporado a la técnica de la misma.

En la fotografía analógica se expone para las sombras y se revela para las luces. Esto indica que se mide la luz en la sombra para valores de reproducción de las zonas II, III y IV, siendo la zona V la del gris medio o gris del 18 % y el tiempo de revelado se hace de tal manera que las luces queden en las zonas VI a IX, siendo la X el blanco puro.

En digital es exactamente al revés. Se mide para las luces porque el rango dinámico se pierde en las luces y podemos recuperar mucho en el revelado digital de las sombras.

Sistema de zonas. Vía Fotonostra. https://www.fotonostra.com/

Ansel Andams, The Tetons and the snake River, 1942. Vía Fotonostra. https://www.fotonostra.com/

Un imperativo de resistencia

En el transcurso del tiempo, los autores se dieron cuenta de que trabajar con blanco y negro generaba no solamente la instancia de ausencia de color, sino que se podía utilizar creativamente, de tal manera que la ausencia de color, en vez de ser un impedimento, era un aporte donde forma y contenido tenían una relación.

La pérdida de color permite centrar la atención en el lenguaje gráfico de las imágenes y en las cualidades de proporción, línea, relieve, forma, textura, volumen, contraste y definición.

Desde esta perspectiva, podría considerarse el blanco y negro como un mecanismo de rebeldía, de resistencia y de resiliencia. Cada vez que un autor avanza en el lenguaje fotográfico, ha habido una posición de rebeldía en el plano conceptual y formal. Por ejemplo, Ansel Adams quería explorar las cualidades reproductivas más sutiles del material y elevarlo a una posición estética, para lo cual traducía las cualidades sensitométricas del material y a una escala de valores que hacen que la forma blanco y negro responda a esto con una elevada sutileza de contraste, reproducción y matices.

Cuando Hiroshi Sugimoto, en los años setenta, comienza con sus proyectos y toma la decisión de trabajar en blanco y negro con tiempos de exposición extremadamente largos (de hasta 3 horas o más), utiliza la técnica para expresar ideas tan vastas como tiempo y espacio.

Hiroshi Sugimoto, Theaters, 1978. https://www.sugimotohiroshi.com/new-page-7

L’acció fotogràfica fonamental és mirar. Per tant, el desafiament consisteix a traduir en termes de textura, contrast i lluentor l’emoció que ens ha produït l’acte de mirar, aquest estremiment i creuament del mirall que és mirar i mirar-nos.

Bibliografía

Adams, A. (1980). La cámara. Madrid: Omnicon.

Bagder, G. (2009). La genialidad de la fotografía. Cómo la fotografía ha cambiado nuestras vidas. Barcelona: Blume.

Bright, S. (2005). Fotografía hoy. San Sebastián: Nerea

Freeman, M. (2009). Compendio de fotografía digital. Khöln: Evengreen Gmbh.

Wenders, W. (1982). Der Stand der Dinge.

This site is registered on wpml.org as a development site. Switch to a production site key to remove this banner.