Descripción
Podríamos comenzar pensando que términos como espacio, territorio, provincia, campo, ciudad, lugar o no lugar se van mezclando y diluyendo unos en otros en el ámbito del lenguaje, tanto epistemológico como de las artes visuales contemporáneas.
En términos de sentido, podríamos decir que casi toda la fotografía se ha basado en una búsqueda objetiva del espacio: privado y público, dentro y fuera, natural y construido.
En cada avance logrado por una generación de fotógrafos se construye una nueva cartografía. Este imperativo de construir cartografías es sustancial en el arte contemporáneo.
En el campo de la fotografía, el control del parámetro técnico de la abertura del diafragma y la óptica elegida por el fotógrafo posibilita la construcción de la dimensión espacial de la imagen, pero es en el espacio de la representación, en tanto que dimensión estructural, en el que tiene lugar el despliegue de la técnica y los elementos.
La representación del espacio es una modelización de lo real, de manera que la imagen obtenida siempre es resultado de una operación de recorte: una selección consciente o inconsciente del fotógrafo.
Paisaje como espacio múltiple
El sentido del espacio es una preocupación fundamental de la fotografía. La habilidad de la cámara para registrar el detalle de un paisaje siempre ha constituido una de las características definitorias del medio.
«Los fotógrafos reconocen la complejidad temporal, histórica y espacial del paisaje que tienen frente a ellos; paisaje al que dan forma y sentido aludiendo a menudo a la actividad humana sobre el mundo. Así el paisaje se convierte en algo más que una topografía: se transforma en espacio de memoria, alusión, metáfora, asociación y recuerdo.»
Lowe (2016, pág. 45)
Tradicionalmente, los fotógrafos de este género han utilizado cámaras de gran formato para asegurar la calidad de los detalles. Ansel Adams vivió en el valle de Yosemite y conocía su geografía íntimamente. Cuando salía a fotografiar, su necesidad era la de conectar con la naturaleza en un acto íntimo y alquímico, cuasi meditativo. Su obra evoca un compromiso emocional con la experiencia de la belleza sublime. En sus propias palabras:
«A veces llego a lugares justo cuando Dios está listo para que alguien apriete el disparador.»
Ansel Adams (2016, pág. 50)
Otro autor, John Davis, utiliza la imagen como metáfora y como registro topográfico histórico, mientras que Richard Misrach explora el impacto de la actividad humana en el entorno natural. Son formas diferentes de fotografiar el espacio exterior.
Interiores: el espacio poético
La atracción por los interiores nos conecta íntimamente con quienes somos y aquellos espacios que nos contienen. Hay una energía que se va imbricando en ese espacio: es una escritura en el tejido del espacio.
Al igual que las personas, los espacios tienen una presencia que encierra un significado: contienen las huellas de quienes los construyeron y habitaron.
Podemos trabajar con espacios encontrados, construidos, modificados, escenificados. Aun así, como siempre, la mayor parte del significado de la imagen se genera en la mirada selectiva del fotógrafo. Es la mirada del fotógrafo la que genera una conexión con temas y conceptos: siempre trabajando en una construcción desde el momento en que encuadra, selecciona, recorta y determina una estructura sobre algo que quiere significar.
Robert Polidori ha explorado la idea de las habitaciones como teatros de la memoria; por lo tanto, casi siempre se interesa por interiores con una historia. Suele hacer ampliaciones muy grandes de sus imágenes y sus fotografías tienen mucha resolución y gama tonal.
Gregory Crewdson combina belleza y ansiedad, creando imágenes atemporales de una vida cotidiana mitificada. Las fotografías de Crewdson son lugares ficticios donde se construye una simulación en un espacio inexistente que solo es habitado en el proceso fotográfico, solo es habitado para ser representado.
Su obra tiene que ver con la inquietud profunda que subyace bajo la superficie de la sociedad.
Como él mismo indica,
«es muy difícil describir lo que busco; algo que a la vez resulte familiar y extraño.»
Gregory Crewdson (2016, pág. 87)
El territorio
Experimentamos la necesidad de dar sentido al mundo.
El tema del espacio en la fotografía aduce a la definición de la identidad: el territorio surge como una manifestación de la configuración del sujeto o como la instancia de lo habitable y de la transformación y la modificación constante que experimenta.
En estos cambios se produce así una ruptura de territorios y definiciones, una invasión donde las fronteras van resquebrajándose: fronteras lingüísticas, morales, sexuales, visuales.
Las múltiples fronteras (al igual que la identidad) están en constante pulsión y tensión.
Así, la alteridad íntima de la representación deviene el pulso de la individualidad y la colectividad.
Llegados a este punto, saber dónde descansa nuestra identidad (y dónde no) no es tan simple como parece. La transformación de lugares en espacios y de espacios en lugares se deriva de la construcción del hacer y del ver.
Esto nos lleva a conceptos como el lugar y el no lugar. Por «no lugares» entendemos esos espacios de tránsito que no son lo suficientemente relevantes ni tienen la suficiente identidad para ser considerados lugares. En palabras del antropólogo francés Marc Augé, responsable de acuñar el concepto de no lugar:
«Si un lugar puede definirse como lugar de identidad relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar.»
Marc Augé (2005, pág. 83)
¿Qué nos conecta entonces con los lugares que atravesamos?
Puede que en el simple acto de caminar y volvernos agente activo del paisaje, volvernos el paisaje, algo suceda.
Como ejemplo podemos poner al artista Hamish Fulton, que hace largas caminatas de apropiación del paisaje, en donde el acontecimiento de vivir el territorio se vuelve una acción interna. Es su propia historicidad en este paisaje lo que lo conduce a apropiarse del territorio que se va ligando e interconectando con los aspectos que nos transforman y amalgaman.
Bibliografía
Auge, M. (2005). Los no lugares. Espacios del anonimato. Barcelona: Gedisa.
Higgins, J. (2018). ¿Por qué la imagen no tiene que estar enfocada? Entender la fotografía moderna. Barcelona: Promopress.
Lowe, P. (2016). Maestros de la fotografía: técnicas creativas de 100 grandes fotógrafos. Barcelona: Gustavo Gili.