Saturación

Autores: Fernando José Cortiglia y Luciana Cesari

La revisión de este material docente ha sido coordinada por las profesoras: Maria Iñigo y Sandra Martorell (2020)

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Temática

Descripción

En la teoría del color, la saturación es la intensidad de un matiz específico. Se basa en la intensidad y pureza del color: un color muy saturado es vivo, mientras que un color desaturado se convierte en algo triste y apagado.

Saturación y fotografía

La saturación es un cambio en la intensidad del color o, mejor dicho, es el cambio que sufre un color en su estado puro.

La saturación nos obliga a trabajar con mucha definición. Por lo tanto, para construir imágenes muy saturadas, necesitamos cámaras con potentes sensores o cámaras de medio y gran formato, capaces de alcanzar altos grados de [popover2 title=»La saturación también puede modificarse en programas de posproducción.»]reproducción tonal[/popover2].

La saturación puede ser un recurso muy útil a fin de enfatizar o destacar un objeto o sujeto.

Ahora bien, la apuesta por la saturación nos arroja algunos interrogantes sobre la finalidad estética y narrativa: ¿por qué resaltar?, ¿qué resaltar?, ¿a qué nos remite la saturación?

Sin duda, nos remite a la exageración, a la sumatoria, a la exacerbación.

Nos conecta con la reflexión del mundo en que vivimos: un mundo hipersaturado; hipersaturado de información, de estímulos, de velocidad.

En cuanto a esto, el pensador francés Paul Virilio se pregunta sobre esta hipersaturación que caracteriza a la sociedad actual, en que la constante visual de hiperestimulación sensorial (desde que salimos de casa estamos expuestos a carteles, publicidades, imágenes) genera una incapacidad para ver, para sentir y para reflexionar. Estamos entonces ante un exceso y una falta.

La saturación (o desaturación) de color como recurso estético

Tal como menciona el fotógrafo y filósofo ciego Evgen Bavcar, vivimos épocas de oculocentrismo: nuestra hipersensibilidad visual nos conduce a una impermeabilidad que, paradójicamente, destacándolo todo, lo oculta y en medio de tanto exceso no nos deja ver.

De tal manera que en el mundo contemporáneo nunca hemos podido ver tanto y sin embargo hemos estado tan ciegos.

Caminamos en un espacio saturado de información, conceptos y estimulación.

Autores como Virilio y Baudrillard vinculan el exceso con el vacío. Eso que Virilio llama lo epitelial: todo se transforma en una pantalla, en una cáscara, en una fría superficie.

Las imágenes, al hacer visible la eminencia de la saturación y el exceso y su influencia en nuestra cultura, nos muestran cómo la cultura del consumo incide sobre las imágenes y cómo las imágenes se introducen en dicha cultura de consumo. De esta dialéctica surge la reflexión y la crítica que el arte contemporáneo pone sobre la mesa.

Esta hipersaturación es trabajada desde la reflexión en el arte contemporáneo por diversos autores. Cada uno desde su estética y discurso apuntan a poner en discusión la sociedad de consumo donde el sujeto se transforma en un objeto, en un mercadillo, en un simulacro.

Por ejemplo, Marcos López satura color y objetos: llena, carga, sobreestimula la información que estamos recibiendo en cada fotograma. En la composición del cuadro lo satura todo de color, de simbolismo, de objetos.

El concepto de simulacro se hace patente: todo parece, pero nada es.

Marcos López, Picada en la terraza de la Fundación Proa, Bs. As., estiu 2005/2006. http://www.galeriafernandopradilla.com/artista/obras/detalle/marcos-lopez/7830/94263/111841

En el caso de los artistas franceses Pierre et Gilles, encontramos cómo abordan la sobreestimulación desde una perspectiva donde todo es frágil y frío a la vez: recargado, barroco, kitsch.

El estereotipo está exacerbado. De esta frialdad surge la reflexión de una dramática condición del género humano, de una banalización de lo sagrado.

Pierre et Gilles, The Virgin with the Serpents, 2007. http://photoartel.blogspot.com/2014/04/

Pierre et Gilles trabajan elaboradamente la escena y la iluminación en la toma y apenas la manipulan en posproducción digital. Posteriormente, retocan las imágenes con pintura acrílica sobre la propia imagen.

Su trabajo nos remite a escenas religiosas, mitológicas o idílicas, así como a escenas homoeróticas. Se les incluye en el movimiento kitsch (como una elección consciente) y en la cultura pop.

En la obra de David LaChapelle la saturación de color, de sensaciones, de objetos y sujetos conecta el concepto de puesta en escena, de escenario construido, de pose, de exageración, donde la simbología de los elementos presentes en la imagen proviene de la cultura pop y kitsch y de la reminiscencia del arte religioso.

Representa la imagen del héroe contemporáneo como la estrella de pop, el cristo estilizado. Se transforman todos en modelos: seres hermosos, perfectos, con pieles tersas y a la vez seres lejanos y fríos que nos observan desde su mundo, imperturbables.

David LaChapelle, American Jesus: The Beatification: I’ll never let you part for you’re always in my heart, 2009. http://revista925taxco.fad.unam.mx/wp-content/uploads/2016/05/Splen-LaChapelle-American-Jesus.jpg

Se abre así una brecha doble entre realidad y ficción:

Por una parte, si bien la temática es mitológica, el alto grado de definición nos remite a imágenes altamente realistas: lo irreal (un monstruo, una sirena) parece real.

Al mismo tiempo, el trabajo de la saturación de color contribuye a crear una sensación de hiperrealidad: una realidad que, al alcanzar tal nivel de detalle y brillo con una saturación de color tan marcada y un color tan puro, se vuelve irreal. La exacerbación de lo real pone en evidencia al simulacro.

«Aparece una pujanza de la verdad, la objetividad […] así aparece la simulación en la fase que nos concierne, una estrategia de lo real, de neo-real y de hiperreal, doblando por doquier una estrategia de disuasión».

Baudrillard (2002, pág. 19)

LaChapelle se inspira en la mitología y en escenas bíblicas para retratar el mundo moderno: sus tomas tienen un trabajo minucioso y detallista, trabajando con el aspecto físico del personaje, llevándolo casi a la caricatura.

A través de sus escenas refleja un mundo moderno en donde, más allá del brillo de la superficie, se expresa la crítica a una sociedad banal, llena de excesos y vanidad.

De esta relación de tensión dinámica entre apariencia y drama, entre mística  y actualidad, surge una marcada denuncia social que pone en evidencia lo tremendo de la actualidad.

Ya sea en sus trabajos para el mundo de la moda, la música, el cine o la publicidad, nada escapa a su creatividad; todo es transformado en pantalla, en escenario, donde vamos cavando y destruyendo nuestra cultura.

La sociedad del espectáculo, con sus excesos y su lejanía, deviene en el arte contemporáneo la gran pantalla para reflejar el estado del mundo.

Bibliografía

Baudrillard, J. (2002). Cultura y simulacro (6.ª ed.). Barcelona: Kairós.

López, M. (2000). Pop latino. Buenos Aires: La Marca.

Mayer Foulkes, B. (2013). Luna Cornea, 17. Evgen Bavcar: el deseo de la imagen, por Benjamín Mayer Foulkes (pág. 42). México: Centro de la Imagen.

Virilio, P. (1998). Estética de la desaparición. Barcelona: Anagrama.

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