Banda sonora: música, sonido, ambiente, voz

Autor: Andrés Claudio Senra Barja

La revisión de este material docente ha sido coordinada por la profesora: Maria Iñigo Clavo (2019)  

Temática

Descripción

En el campo del audiovisual, debemos considerar de igual importancia la imagen y el sonido que acompaña nuestro trabajo.

El sonido considerado de forma global en nuestra creación, también llamado banda sonora, puede estar constituido por una composición musical, el sonido ambiente, los efectos sonoros, la palabra o todos estos elementos simultáneamente. La banda sonora hace así referencia al conjunto de pistas que forman el audio de nuestra pieza. De forma habitual, sin embargo, se emplea el término de banda sonora para referirse en exclusiva a la música de la obra.

Aunque banda sonora es un término que se asocia fundamentalmente al cine, lo utilizaremos aquí también para hablar de videocreación.

Todo este conjunto de elementos intervienen de distintas maneras en nuestra pieza de videocreación. La banda sonora nos permite ilustrar y transmitir emociones en determinadas escenas y personajes.

Podemos estar interesados en crear una pieza en la que no haya voz ni palabra, o lo contrario, que la pieza esté fundamentada en la palabra y el texto; también puede interesarnos realizar una pieza de vídeo musical o de videodanza en la que la música resulte un elemento y un recurso expresivo imprescindible.

El audio define el sentido de una escena por aquello a lo que nos remite.

En cuanto al montaje del sonido de la pieza musical, podemos utilizar elementos similares a los de la imagen, empleando transiciones suaves, cortes, difuminados, mezclas, etcétera.

Las transiciones suaves en el audio ayudan también al efecto de continuidad, pasamos de un sonido a otro sin apenas ser conscientes de ello. Los cortes abruptos se asocian con una interrupción dramática en la escena, con lo que debemos evitarlos si esta no es nuestra intención. Cuando el sonido para en seco, se está señalando que algo ha ocurrido o va a ocurrir. Igualmente, debemos considerar en nuestro audio aspectos fundamentales como el volumen, para ajustarlo al sonido global de la pieza y al volumen de cada uno de los elementos particulares que aparecen en ella. Volúmenes altos pueden resultar molestos o inquietantes, algunas piezas pueden requerirlos, pero debemos cuidar que no se saturen o distorsionen. La mayoría de los programas de edición de vídeo nos permiten realizar ajustes en el audio, por ejemplo, subir o bajar el volumen de determinadas pistas nos ayuda a situar espacialmente los elementos de los que proviene el sonido; volúmenes bajos pueden indicar que el elemento está lejano, volúmenes altos indicarán que el elemento está cercano al primer plano.

También nos puede interesar corregir el ruido de fondo cuando este resulte molesto, lo que contribuirá a la limpieza del audio; sin embargo, este ruido de fondo puede ser necesario para transmitir una sensación de realidad.

Los programas de edición nos permiten también aplicar efectos digitales, cambiar el nivel de graves, medios y agudos, etcétera.

  • Los sonidos agudos suelen asociarse a ligereza, rapidez y pueden resultar irritantes. En la edición en vídeo, cuando aceleramos la pista de vídeo unida a la de audio, los sonidos tienden hacia los agudos.
  • Los sonidos graves se asocian con peso, lentitud y profundidad. De hecho, al acelerar. En la edición de vídeo, en este caso, si ralentizamos el vídeo con el audio, los sonidos se tornan graves.

En cualquier caso, una de las características del vídeo de creación fue romper con los lenguajes pautados del cine y la televisión. En tanto que lugar de experimentación, el vídeo nos permite jugar con las posibilidades que el sonido ofrece más allá de su utilización con una función narrativa.

La música

Nuestra pieza puede necesitar la música como recurso expresivo. Podemos componer una pieza musical expresamente para nuestro vídeo y también podemos emplear música libre de derechos; en caso de usarla debemos asegurarnos de que eso es así y, dependiendo del tipo de licencia, se nos especificará cómo debemos nombrar el título, autor e intérprete; podemos pensar en opciones como trabajar en colaboración con músicos, o podemos crearla nosotros mismos a partir de la experimentación con software de creación musical, cada vez más asequibles y sencillos; en el caso de que trabajéis con Apple, el sistema operativo incluye de forma gratuita «Garage Band», que permite componer temas de manera intuitiva; otros programas son FL Studio, Cubase o Pro Tools, o su alternativa libre Ardour.

Aquí tenéis un buen recurso para descargar música sin derechos de autor que podemos emplear en nuestras piezas: Jamendo.

Lo importante, en cualquier caso, es saber que en el audiovisual y en concreto en el vídeo de creación la música es parte de la narración.

Además, determina el ritmo que queramos darle a nuestra pieza a la vez que establece la ambientación general del trabajo. Una música acelerada nos remitirá a una situación estresante; por el contrario. una música downtempo puede llevarnos a una sensación de relax y tranquilidad.

La música puede tener una función de refuerzo de determinadas ideas y emociones y contribuye a unir planos y secuencias suavizando cortes en el montaje al producir un efecto homogeneizador y de continuidad. La música puede estar presente durante toda la duración de la pieza o introducirse en determinados momentos en los que queramos destacar una situación concreta.

Es importante considerar también la fuerza poética y emocional a la que nos remite la música. La música puede evocar alegría, tristeza, miedo, dolor, irritación, placer… En este sentido, la música es un recurso que transmite información esencial sin necesidad de utilizar la palabra.

El sonido ambiente

Es aquel sonido presente de manera natural en la escena que estemos grabando. El sonido ambiente en la pieza puede ser el recogido a la hora de grabar o podemos incluirlo a partir de efectos sonoros en el montaje. Este sonido nos remite así a la percepción cotidiana. A las personas oyentes el silencio total nunca nos acompaña, los sonidos pueden estar en un primer plano de la conciencia o pasarnos desapercibidos, pero están ahí. Por eso, si en nuestra secuencia, plano o pieza no hay pista de sonido, estamos dando una información que no es la habitual. El sonido ambiente dota de un efecto de naturalidad que no siempre nos puede interesar.

Tenemos que prestar atención cuando grabamos porque podemos encontrarnos sonidos que interfieren en la pieza o lo que queremos contar. Muchos de estos sonidos pueden ser corregidos a posteriori, pero otros, si se superponen con diálogos, por ejemplo, no pueden ser fácilmente eliminados. Por eso, al grabar el sonido ambiente real debemos estar atentos a qué sonidos están presentes mientras grabamos para no encontrarnos con problemas a posteriori.

Habitualmente, el sonido ambiente o atmosférico se refiere a aquellos sonidos presentes de manera continua sin un origen claro, por ejemplo, el sonido del tráfico, el sonido de la gente en un aeropuerto, bar, calle, parque, bosque, etcétera. Son sonidos que nos ayudan a identificar el espacio donde tiene lugar la acción o al que queremos remitir y que contribuyen al realismo de la escena. Estos sonidos pueden ser grabados por nosotros o podemos incluirlos a partir de galerías de sonidos gratuitas como el banco de imágenes y sonidos del Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Otro tipo de sonidos ambientales son más concretos y conocemos su origen, por ejemplo, el sonido de una impresora en una oficina o una máquina registradora en un supermercado. Nos ayudan también a llamar la atención sobre un elemento determinado de la escena o a dotar de un ambiente sonoro natural a la imagen.

La cultura audiovisual y la interpretación que hacemos de nuestra percepción sonora ha contribuido a que determinados sonidos ambientales estén asociados, como en el caso de la música, a determinadas sensaciones y emociones como placer, calma, euforia, alegría, tristeza, misterio. Así, podemos pensar con qué asociamos los sonidos de la orilla del mar, un parque infantil, el ruido del tráfico, el ambiente de una discoteca, etcétera.

En cuanto a la reverberación del sonido, debemos considerar que los distintos espacios donde grabamos una escena tienen diferente sonoridad; por ejemplo, el sonido en una gran sala es diferente al sonido de una habitación pequeña. La mayoría de software de edición de vídeo y audio tiene filtros que permiten simular estos efectos de sala.

Los sonidos vinculados a acciones concretas, como pasos, puertas que se abren y cierran, la respiración, etcétera, también pueden ser recreados en la posproducción.

La voz

La voz, la palabra, los diálogos o monólogos han sido utilizados por los videoartistas de múltiples formas. La voz o el habla en el conjunto de sonidos que conforman el audio de nuestra pieza ocupan un primer plano en la percepción. Tendemos a centrar primero la atención sobre la palabra, por lo que debemos cuidar que se entienda y se oiga bien si este es nuestro interés; de lo contrario, se produce confusión en el espectador.

La voz considerada como material sonoro puede ser a la vez un instrumento musical en nuestra pieza.

La palabra nos informa de ideas, emociones y pensamientos, podemos narrar, conversar, o podemos emplear un lenguaje poético. El tono y cadencia de nuestra voz define nuestra intención y emoción.

Michel Chion define en su libro La audiovisión tres tipos de habla:

1) El habla teatro: la habitual en las piezas narrativas; hace referencia al tono que tenemos en una conversación o diálogo.

2) El habla texto sería la voz que suele estar presente en off como una voz incorpórea, normalmente asignada a un narrador que suele identificarse con el creador de la pieza. La voz en off suele emplearse también como un recurso de fuerza dramática, ayudando a conseguir un clima emocional a nuestras intenciones y guiar al público en aquellas cuestiones que nos interesen resaltar o señalar. En el caso de los videoensayos, la voz en off se convierte en un buen recurso para transmitir las ideas principales de nuestra reflexión como creadores; además, puede tener un fuerte poder evocador. Aparte de la voz en off, el habla texto se relaciona también con el tono que empleamos en la lectura en voz alta, por ejemplo, en los informativos.

3) Por último, Chion distingue la voz o habla emanación, que se corresponde a lo que serían las voces de fondo que podemos considerar también como sonido ambiente. Estas voces de fondo nos dan también una información emocional del contexto en el que presentamos la pieza: ambientes lúdicos, de trabajo, de pánico, de fiesta, etcétera.

Casos de estudio

Carles Congost. Un mystique determinado, 2003

Carles Congost. Un mystique determinado, 2003.
Fuente: https://vimeo.com/35138196

En esta pieza de Carles Congost podemos ver un magnífico tratamiento de la banda sonora. El artista hace uso de la música y la voz tanto en su empleo como habla texto, habla teatro o habla emanación, así como de los sonidos ambientales. En la pieza, pasamos de pequeños momentos de videoclip a secuencias en las que aparecen personajes que comentan la vida del joven protagonista. Aunque el tono de estos personajes es casi el de un narrador-lector, sin embargo las palabras están cargadas de juicio y emoción. La música nos ayuda a comprender los sentimientos de los personajes, como la tristeza profunda del protagonista en su primera aparición: un videoartista canta una canción acompañada por el sonido de unos violines. Además, las letras de las canciones son parte de la narración, haciendo referencia a la figura del coro en el teatro griego, reconvertido, en este caso, en banda pop y remitiendo a la tradición del cine musical en el que las canciones forman parte de los diálogos y el guion de la historia. Todo ello tratado con una mirada irónica sobre los dramas de la adolescencia, el descubrimiento de la orientación sexual del protagonista y el efecto que esto produce en su entorno afectivo y familiar cercano. La pieza de vídeo gira en un determinado momento a una metarreflexión sobre el videoarte con el tema «Chico del siglo xxi» con letras como: «Videoarte no es una opción sexual; blanco y negro no es una opción sexual; plano corto no es una opción sexual», para pasar a proclamar, en «No tengo miedo al futuro», toda una declaración de principios de una generación de videoartistas españoles de los 2000 limitados por los pocos recursos públicos destinados al fomento de las artes visuales. Un buen ejemplo de cómo hacer una buena banda sonora con guiños a toda una tradición del audiovisual, el cine y la televisión desde la posición que nos permite el videoarte.

Bruce Nauman. Lyp sinc, 1969

Bruce Nauman. Lyp sinc, 1969.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=hbT9GGJdKOs

En esta pieza pionera de Bruce Nauman la cámara ha sido dada la vuelta para grabar un primer plano corto de los labios del artista. El título de la pieza hace referencia a una de las posibles dificultades técnicas en el doblaje de la voz: la sincronización entre la palabra y los labios. El artista repite una y otra vez las palabras del título desde un murmullo inicial hasta que la voz se intensifica, generando un ritmo acompasado que atrapa al espectador en una danza marcada por su voz. El sonido y el movimiento de los labios pasan de momentos de sincronía a momentos en los que no están sincronizados, produciendo una cierta tensión en el espectador captando nuestra atención por la falta de coincidencia. Lyp sinc hace así una reflexión sobre la idea del tiempo como elemento principal en la estructura del lenguaje audiovisual. Este mantra desincronizado nos remite a un tiempo de la grabación (ocurrida en el pasado) y a un tiempo de la recepción (ocurrido en el presente); entre ambos momentos, existe un salto temporal que se hace patente en la propia obra: el sonido desincronizado del movimiento de los labios evidencia ese salto en el tiempo y es precisamente ese extrañamiento que se produce en el espectador el que hace que nuestra atención se dirija a esa idea de «tiempo» como materia prima del vídeo. Lyp sinc es un ejemplo de la exploración de las posibilidades de la herramienta vídeo que realizaron los artistas pioneros del videoarte.

Félix Fernández, Juanma Carrillo y Rubeck. This Leak, 2011

Félix Fernández, Juanma Carrillo y Rubeck. This Leak, 2011.
Fuente: http://www.felixfernandez.org/trabajos/es/videos/this-leak/60/

This Leak es una pieza de colaboración entre dos videoartistas, Félix Fernández y Juanma Carrillo, y un músico, Rubeck. La pieza se aborda desde la estética propia del videoclip. La banda sonora está formada por el tema musical de Rubek reeditado por los videoartistas, al que se incorporan efectos sonoros, sonido ambiente y grabaciones obtenidas de los media en la fase de posproducción. El sonido ambiente recrea el ambiente de una ciudad como Nueva York, el tráfico, los pasos de la multitud, los mensajes que parecen provenir de los noticieros de la CNN y nos remiten al estrés y el día a día de un ejecutivo en la zona financiera. La pieza se tornó en un ejercicio de videodanza para expresar con el lenguaje del cuerpo la alienación en el tardocapitalismo.

Bibliografía

Chion, Michel (1998). La audiovisión. Introducción a un análisis conjunto de la imagen y el sonido (2.ª ed.) Barcelona: Paidós [título original: L’audio-vision (París, 1990)].

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