Descripción
Los soportes fotográficos han evolucionado desde lo clásico y tradicional a lo experimental y digital.
El soporte tradicional para la fotografía nace con la emulsión de gelatina de plata: de la reacción química de los haluros de plata a la luz. Por lo que los soportes sobre los que se asienta en un principio la fotografía son la [popover2 title=»La película también se llama negativo.»]película[/popover2] (para la imagen en negativo) y los diversos papeles de fibra y RC sensibles a la luz (para el positivado).
Con el paso del tiempo, se comienzan a aplicar estos soportes en impresiones por transferencia. Desde las fotografías en papel albuminado, los negativos al colodión sobre vidrio y los primeros procesos secos, pasando por el daguerrotipo, el calotipo, el ferrotipo y la foto estereoscópica, se produce una evolución acorde al ritmo de los códigos visuales empleados. La fotografía va transmutando del blanco y negro al color y de lo analógico a lo digital, de lo químico a lo virtual.
El término posfotografía surge en el mundo académico a principios de los años noventa, y tal como indica Joan Fontcuberta,
«algunos teóricos limitaron su alcance a aquellas prácticas fotográficas vinculadas a postulados postmodernistas; otros decantaron su significación a los efectos de la tecnología digital.»
Joan Fontcuberta (2016, pág. 29)
Con la llegada de la posfotografía, la frontera de lo fotográfico se rompe y los autores contemporáneos ya no se suscriben ni a un solo formato ni a un solo soporte. La posfotografía está relacionada, pues, con la cámara digital, el smartphone, el escáner, las redes sociales y las aplicaciones y programas de retoque digital; y si algo la caracteriza es la hipersaturación icónica. El lenguaje fotográfico es susceptible de ser adulterado, transformado, transgredido o intervenido de acuerdo a la necesidad expresiva que se nos presente.
Tenemos a nuestra disposición todo tipo de soportes digitales, que van desde el ordenador hasta plataformas en internet, o proyecciones en obras que incluyen instalaciones.
En este sentido, se podría decir que el autor en nuestros días no es solo fotógrafo, sino artista multimedia. Todos los soportes posibles entran en el área de acción de un artista visual: ya sea un teléfono móvil, una tableta, un ordenador o un escáner.
Un autor no necesita tener un soporte físico real para poder construir una fotografía.
En la posfotografía se puede crear sobre todos los soportes posibles, sean estos imprimibles, por transferencia, por proyección…
Uno de los primeros artistas en romper con la estructura básica de la linealidad fotográfica fue Nancy Burson en los años ochenta. Burson combinaba porcentajes de rostros para construir un retrato nuevo.
En su obra Composites, fusionaba las fisonomías de personajes célebres.
Con el ingeniero Tom Schneider, creó un método para fusionar fotografías de rostros por ordenador y generar caras creíbles. Trabajando con programas que alteran los rostros, se modificaba la estructura física de los retratados: sumando un rostro a otro les añadía años, cambiaba los rasgos raciales, producía deformaciones o los combinaba con sus parejas para imaginar qué aspecto podrían tener sus futuros hijos.
Así generaba tipologías humanas de mezcla. Por ejemplo, la siguiente modelo es una composición de cinco estrellas de cine de los años ochenta: Jane Fonda, Jacqueline Bisset, Diane Keaton, Brooke Shields y Meryl Streep.
Como la misma Burson dice en una entrevista:
«Somos simultáneamente individuos y seres humanos idénticos. Con el tiempo, he llegado a elaborar una pequeña teoría sobre los composites. Todos somos compuestos de nuestros padres, pero también lo somos a causa de nuestra estructura molecular: cada átomo de nuestro cuerpo formó parte de las estrellas. Somos compuestos de emociones (podemos sentir miedo y valentía al tiempo) y somos compuestos de nuestra propia historia a medida que nos hacemos viejos.»
Burson (2018, pág. 16)
Los medios múltiples
La idea del autor contemporáneo es, precisamente, romper los límites del territorio desde el punto de vista físico y conceptual. Se busca atravesar el territorio ya sea en galerías, instituciones, museos, o bien en la calle (arte urbano), en el paisaje (land art) en un espacio físico o virtual (disponible en la red). Así, el territorio del papel se va desdibujando para abrir paso a múltiples opciones de construcción cosmológica.
En la actualidad, nos encontramos de este modo con artistas que han utilizado todos los soportes imaginados: ya sea desde los tradicionales papeles en toda su diversidad (baritado, texturado, algodón, alfacelulosa, bambu, RC) hasta soportes más actuales como lienzo, tela, seda, transparencias o incluso metacrilato, aluminio, madera, cera, grasa y metales como oro o plata. Hay también artistas que han llegado a utilizar su propio cuerpo como lienzo y pincel.
También se abren paso los soportes que sostienen el arte urbano como lonas, proyecciones, hierba, edificios.
El concepto de frontera se puede llevar a límites de soporte: esa frontera ya no existe, porque el soporte único como tal ya no existe: se puede adulterar muy fácilmente y crear mixturas entre técnicas y acabados.
Por ejemplo, Christian Boltanski presenta en sus instalaciones desde fotografías hasta ropa usada, recortes y objetos que pertenecieron a personas desconocidas, generando un cruce de lenguajes.
Su obra cuestiona la frontera entre lo ausente y lo presente: en el vídeo y la foto vemos las presencias y memorias que, en lugar de revivir las ausencias, pone en evidencia su desaparición.
La materialidad de su obra se expresa en objetos de diversa índole que nos recuerdan nuestra propia condición de supervivientes y nos introducen en una reflexión sobre los significados de la muerte, a partir de recrear instantes de la vida.
Daniel Canogar utiliza todo tipo de soportes (incluidos los digitales) en sus indagaciones fotográficas. Se ha interesado por tecnologías obsoletas que definieron nuestra existencia, «ya que los objetos de los que nos despojamos son un preciso retrato de lo que hemos sido», tal como indica en su manifiesto (Canogar, 2018, página web del artista); cintas de VHS y de 35 mm, discos duros y CD son algunas de las tecnologías que ha utilizado en sus piezas. También ha proyectado animaciones de vídeo a gran escala en monumentos y edificios emblemáticos en ciudades de todo el mundo.
«Me gusta romper los límites de la pantalla y crear instalaciones tridimensionales que conceptualicen los nuevos medios como escultura. Mis pantallas de LED son claros ejemplos de este enfoque. Después de años de investigación, he desarrollado un “tile” de LED flexible que me permite crear pantallas con formas curvas complejas para que respondan a las características del espacio que las contiene», indica el artista en el statement de su página web.
Canogar (2018, página web del artista)
Vik Muniz comenzó recreando imágenes históricas con pequeños elementos.
A menudo, se apropia de las imágenes que sirven como base para sus obras de arte con obras de otros artistas de renombre.
En la obra Doble Mona Lisa, Muniz utiliza la jalea y mantequilla de maní, apropiándose de la Mona Lisa de Andy Warhol que, a su vez, era una apropiación de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci.
En el arte contemporáneo ya no hay fronteras.
Con la frontera de lo fotográfico dinamitada, cualquier soporte es válido para la creación de una imagen.
Bibliografía
Canogar, D. (2018). Pagina web del artista. [Fecha de consulta: 25 de abril de 2018]. <http://www.danielcanogar.com/es/manifiesto>
Fontcuberta, J. (2016). La furia de las imágenes. Barcelona: Galaxia Gutenberg.
Heartney, E. (2008). Arte&Hoy. Barcelona: Phaidon.
Higgins, J. (2018). ¿Por qué la imagen no tiene que estar enfocada? Entender la fotografía moderna. Barcelona: Promopress.
Warr, T.; Jones, A. (2006). El cuerpo del artista. Londres: Phaidon.